El vandalismo es un delito que ocurre cuando una persona destruye o profana los bienes de otra persona sin permiso.
Los efectos del vandalismo pueden incluir ventanas rotas, grafitis, daños a los vehículos e incluso daños o destrucción del sitio web de una persona.
Los resultados del vandalismo están a simple vista en carteleras, letreros en las calles y estructuras de construcción, así como cerca de paradas de autobús, túneles, cementerios y muchos otros espacios públicos.
Si bien un acto de vandalismo en los Estados Unidos puede ser considerado “arte” por algunos, no deja de ser un delito contra los bienes, y se sanciona con penas de prisión, multas o ambas cosas.
El vandalismo es una categoría amplia de delitos que se utiliza para describir una variedad de conductas. En general, el vandalismo incluye cualquier conducta intencional destinada a destruir, alterar o profanar los bienes que pertenecen a un tercero.
Las conductas comunes que pueden conducir a un cargo por vandalismo incluyen:
Incluso, si una persona está en posesión de medios para cometer actos de vandalismo, como una broca, cortadora de vidrio u otro objeto, también puede enfrentar cargos por vandalismo en determinadas circunstancias. Por ejemplo, si una persona menor de dieciocho años lleva una lata de pintura en aerosol en un parque o en propiedad escolar, podría estar en problemas.
El vandalismo está cubierto por leyes estatales que varían según el estado. Algunos, se refieren a los actos de vandalismo como “daños delictivos”, “transgresión maliciosa”, “conducta maliciosa” u otros términos.
En un esfuerzo por controlar los actos vandálicos, muchos estados tienen leyes específicas que pueden disuadir ciertos tipos de vandalismo. Por ejemplo, algunos estados tienen “leyes locales de contenedores de aerosol”, que limitan la compra de envases de pintura en aerosol u otras “herramientas de vandalismo”, las cuales podrían utilizarse para pintar grafitis o con fines vandálicos.
Además, algunos estados tienen leyes específicas que prohíben el vandalismo a ciertos tipos de bienes, como automóviles, iglesias, propiedad escolar e instalaciones gubernamentales.
Por otra parte, otros estados tienen leyes que vetan actos específicos de vandalismo, como romper ventanas, pintar grafitis en la vía pública y usar sustancias artificiales para destruir propiedad ajena.
Existen leyes contra el vandalismo para evitar la destrucción de bienes y espacios públicos. Asimismo, también protegen contra los delitos motivados por el odio y otras conductas dirigidas a grupos religiosos o minoritarios. Tales como saquear una iglesia o sinagoga, pintar grafitis racistas o sexistas en la propiedad escolar o grabar una esvástica en un automóvil.
El vandalismo puede tipificarse como un delito menor o un delito grave. Todo depende del estado donde se cometa la falta y del valor de los daños materiales causados.
Las sanciones suelen incluir multas, penas de prisión en la cárcel del condado, o ambos. Además, a una persona culpable de vandalismo se le ordena con frecuencia lavar, reparar o reemplazar los bienes dañados (conocido como “restitución”) o participar en programas para limpiar grafitis y otras formas de vandalismo.
Por otra parte, los padres de un menor de edad puede ser condenado a pagar las multas resultantes de las malas conductas de sus hijos en virtud de una teoría de “responsabilidad parental“.
Por sí solo, el vandalismo suele considerarse un delito no violento que afecta generalmente la “calidad de vida”. Pero a veces escala a delitos más graves, que involucran típicamente a los jóvenes. Por ejemplo, robo o hurto, robo domiciliario, posesión de drogas, alteración del orden público y otros actos de violencia al azar.
Las defensas contra el vandalismo suelen incluir circunstancias que podrían mitiga” o disminuir las sanciones. Por ejemplo, como indiferencia, accidente, travesura o expresión creativa.
A pesar de que el vandalismo es un delito que requiere la realización del acto, no implica que lo atrapen con las manos en el acto. Puede ser acusado de vandalismo después del hecho si hay testigos, vigilancia u otras pruebas que puedan implicarlo en el delito.
El vandalismo cuesta a los estados millones de dólares cada año en trabajos de limpieza y gastos en programas especiales. Además, puede causar daño psicológico o emocional a los propietarios.
Cuando una persona deteriora, altera o destruye de cualquier forma los bienes de alguien, se le puede exigir que limpie, repare o reemplace los bienes dañados. Incluso puede enfrentar sanciones como penas de prisión, multas o ambas.
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