Mucha gente compra seguros de vida (life insurance, en inglés) para proteger el futuro de sus hijos; como el término lo indica, el seguro de vida es un plan de ahorros a largo plazo que le permite a los padres o al dueño de la póliza, continuar suministrando un ingreso financiero a los beneficiarios una vez que ocurre la muerte del progenitor o poseedor de la póliza de seguro de vida.
Con los ingresos que proporciona el seguro de vida, se pueden solventar los gastos diarios de los hijos o beneficiarios, incluso se podría pagar los gastos de la educación universitaria, salud o vacaciones.
Con esta finalidad en mente, muchos padres nombran automáticamente a sus hijos como los beneficiaros directos de la póliza de seguro de vida. Sin embargo, esto puede resultar en un problema.
Si un menor es designado como beneficiario de la póliza, existe la posibilidad que el hijo no pueda tener acceso al dinero hasta que alcance la mayoría de edad.
Algunos astados requieren que las compañías de seguros retenga los rendimientos del seguro, con sus intereses respectivos, hasta que el hijo llegue a ser un adulto legalmente.
Otros estados, incluso determinan que los fondos del seguro de vida se entreguen a un tutor designado por el tribunal hasta que el hijo llegue a ser adulto.
Pero la realidad es otra, cuando los hijos pierden a sus padres necesitan inmediatamente los fondos del seguro. Para asegurarse que sus hijos puedan utilizar los beneficios del seguro de vida de la manera que desea, es importante que usted:
Otra opción muy práctica es nombrar a su cónyuge como el beneficiario de su seguro de vida, si usted confía que su pareja y todos sus hijos van a compartir entre sí.
Algunos estados exigen que usted designe a su esposa o esposo como beneficiario del seguro de vida, a menos que su pareja exprese algo diferente y debe ser por escrito.
En virtud de esto, si intenta nombrar a sus hijos, en lugar de su cónyuge, como beneficiario, entonces es importante que lo haga de acuerdo con los requisitos de la ley estatal.
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