Ley criminal

Defensa propia: descripción general

Por Camila Laval, JD | Revisado por Jonathan Calvopina, MBA | Última actualización 29 de febrero de 2024

Una persona puede defenderse de un daño en determinadas circunstancias, incluso cuando la conducta normalmente constituiría un delito. En el sistema legal estadounidense, se permite que un acusado alegue legítima defensa (self-defense en inglés) como eximente de responsabilidad penal.

Las normas específicas pertinentes a la defensa propia varían en función de la jurisdicción.  Este artículo explica los conceptos generales que componen la ley de defensa propia en los Estados Unidos, pero debiera consultar las leyes particulares de su jurisdicción a fin de comprender los requisitos específicos para alegar defensa propia.

¿Qué es la legítima defensa?

La defensa propia se define en el derecho penal como el derecho de evitar sufrir fuerza o violencia haciendo uso de la fuerza o la violencia.  Esta definición parece ser bastante simple, pero genera muchas preguntas al aplicarla a situaciones reales.

Por ejemplo, ¿qué se entiende por “un nivel suficiente de fuerza o violencia” al defenderse? ¿Qué sería un nivel exagerado? ¿Qué sucede si la supuesta víctima provocó el ataque? ¿Qué sucede cuando las víctimas perciben razonablemente una amenaza, pero esa amenaza en realidad no existe? ¿Qué sucede cuando el temor de la víctima es genuino a nivel subjetivo pero irracional a nivel objetivo?

Como puede ver, la defensa propia es más complicada de lo que parece. Como hemos mencionado, las normas exactas difieren en cada estado, pero las consideraciones son básicamente las mismas.

¿La defensa propia varía por estado?

Las leyes de defensa propia varían significativamente entre los estados, reflejando diferencias en cómo se puede responder a una amenaza.

Por ejemplo, algunos estados tienen leyes “Stand Your Ground”, mientras otros requieren que la persona intente retirarse antes de defenderse. Estas diferencias hacen que sea esencial conocer las leyes específicas del estado donde se reside contactando a un abogado de defensa criminal.

Amenaza inminente

La defensa propia solo justifica el uso de fuerza en respuesta a un peligro inminente. La amenaza puede ser verbal, siempre que provoque un temor inmediato de un daño físico. Sin embargo, las palabras ofensivas sin una amenaza de daño físico inmediato no justifican el uso de la fuerza en defensa propia.

Asimismo, el uso de fuerza en autodefensa generalmente no se justifica una vez que ha cesado la amenaza. Cualquier uso de fuerza de parte de la víctima en ese momento se consideraría una represalia y no defensa propia.

Temor razonable

Algunas veces, la defensa propia se justifica incluso si el presunto agresor no tuvo realmente la intención de dañar a la presunta víctima.  Lo que importa en estos casos es si una “persona razonable” en la misma situación hubiera percibido una amenaza inmediata de daño físico.

El término “persona razonable” es un concepto legal que está sujeto a diferentes interpretaciones en la práctica, pero constituye la mejor herramienta del código penal para determinar si la percepción de una persona acerca de un daño inminente justificó el uso de fuerza para protegerse.

Defensa propia imperfecta

Algunas veces, una persona puede tener un temor genuino de daño físico inminente, pero el temor es irracional. Si la persona utiliza la fuerza para defenderse de la amenaza percibida, la situación se conoce como “defensa propia imperfecta”. Este tipo de defensa propia no libra a una persona del delito, pero puede aminorar los cargos y las sanciones que reciba. Sin embargo, no todos los estados reconocen la defensa propia imperfecta.

Algunos estados también consideran defensa propia imperfecta los casos en los que una persona que alega defensa propia provocó el ataque. Por ejemplo, si una persona genera un conflicto que se torna violento y luego mata a la otra parte de forma no intencional al defenderse, el alegato de defensa propia podría disminuir los cargos o la pena, pero no desestimaría por completo el asesinato.

Respuesta proporcional

El uso de defensa personal debe ser equivalente al nivel de la amenaza en cuestión. Esto también se llama necesidad racional del medio empleado. En otras palabras, una persona solo puede emplear la cantidad de fuerza necesaria para neutralizar la amenaza.

Si la amenaza implica fuerza letal, la persona que se está defendiendo puede utilizar fuerza mortal para contrarrestar la amenaza. Sin embargo, si la amenaza implica solo una fuerza leve y la persona que alega defensa propia utiliza fuerza que podría provocar un daño corporal importante o la muerte, no habrá racionalidad del medio empleado.

Deber de retirarse

Las leyes originales sobre la defensa propia exigían que las personas que alegaban defensa propia intentaran primero evitar la violencia antes de usar la fuerza. Esto también se conoce como “deber de alejarse”.

Si bien la mayoría de los estados ha eliminado esta norma para los casos que implican el uso de fuerza no letal, muchos estados aún requieren que una persona intente escapar de la situación antes de aplicar una fuerza letal.

Defender su posición

En forma opuesta al deber de alejarse, muchos estados han promulgado las llamadas leyes para “defender su posición” o ¨stand your ground¨ en inglés. Estas leyes permiten un alegato de defensa propia incluso si la persona no hizo nada para alejarse de la amenaza de violencia.

Tal como hemos mencionado, esta es la norma más frecuente cuando las situaciones implican fuerza no letal. Sin embargo, los estados no terminan de decidirse sobre el principio de defender su posición cuando se trata de fuerza letal.

La doctrina ‘Castle’

Una persona generalmente puede hacer uso de fuerza letal contra alguien que ingresa a su hogar de forma ilícita.  Esta norma, también conocida como “la doctrina del castillo”, permite que las personas defiendan sus hogares contra intrusos mediante el uso de fuerza letal.

Al igual que la mayoría de estas normas, el resultado variará en función de la jurisdicción y de los hechos específicos del caso, por lo cual siempre es buena idea consultar a un abogado penalista para obtener asesoría legal específica a su caso sobre qué hacer si enfrenta cargos criminales.

¿Influye el estatus migratorio en la defensa propia?

El estatus migratorio puede influir en cómo se maneja un caso de defensa propia.

Las personas sin documentos pueden temer más consecuencias legales, haciendo crucial la asesoría de abogados especializados que entiendan tanto las leyes de inmigración como las de defensa personal.

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